Dosalcubo, interioristas: “Si quieres un buen Feng Shui en la entrada, evita colocar fotografías de personas que miren hacia fuera”
En Feng Shui, las fotografías tienen un poder más profundo del que parece: transmiten energía emocional y afectan al equilibrio de un hogar. Desde el estudio Dosalcubo nos explican cómo elegirlas y colocarlas para que aporten armonía y bienestar.
Gala Mora
Periodista especializada en diseño y estilo de vida
Las fotografías que elegimos para nuestras paredes hablan mucho de nosotros, son pequeños fragmentos de historia. Pero, según el Feng Shui, su poder va más allá del recuerdo: las imágenes emiten energía, influyen en el estado emocional del hogar y pueden alterar el equilibrio de un espacio si no se eligen o colocan con intención. Desde el estudio de interiorismo Dosalcubo lo explican así: “En Feng Shui, las imágenes no son simples adornos: son emisoras de energía emocional que influyen en cómo fluye la vida dentro del espacio. Las fotografías activan recuerdos, vínculos y estados de ánimo; por eso, su elección y ubicación deben responder a una intención consciente”. Una pared repleta de fotografías puede parecer cálida y personal, pero si no se piensa con coherencia estética y energética, puede convertirse en un foco de dispersión visual.
Cuando menos, es más
El error más habitual, según los expertos, es llenar los muros “sin propósito, acumulando imágenes que interrumpen la serenidad del entorno”. En Feng Shui, el exceso dispersa el chi, la energía vital, y las paredes saturadas terminan restando armonía. “Recomendamos mantener coherencia visual en marcos, colores y tamaños, y dejar respirar los muros para que la energía circule libre. La armonía surge del silencio entre las imágenes tanto como de su presencia”, añaden desde Dosalcubo.
Esto se traduce en una regla sencilla: mejor una composición cuidada de tres o cuatro fotografías bien escogidas que una galería improvisada sin orden. Para crear equilibrio visual, los expertos aconsejan agrupar las imágenes por tono o temática, mantener una distancia similar entre los marcos y procurar que haya espacio libre alrededor. La pared, como el ambiente, también necesita oxígeno.
Qué tipo de fotografías elegir
El contenido de las imágenes es tan importante como su cantidad. En estancias destinadas al descanso, como el dormitorio, el Feng Shui sugiere optar por fotografías que evoquen calma, vínculos amorosos o momentos de gratitud. Las escenas de pareja, paisajes naturales o imágenes con luz suave transmiten serenidad. En cambio, “en espacios sociales conviene colocar aquellas que transmiten alegría, vitalidad o expansión”, indican los expertos. Una reunión familiar, una escapada feliz o una escena luminosa aportarán energía yang (activa y positiva) al salón o al comedor.
Por el contrario, los especialistas desaconsejan colocar imágenes solitarias, tristes o nostálgicas en lugares donde buscamos dinamismo. Tampoco conviene utilizar fotografías excesivamente oscuras o cargadas de dramatismo, pues pueden generar un ambiente emocionalmente denso. En el ámbito más práctico, una buena regla es elegir imágenes que al mirarlas te generen bienestar inmediato. Si no lo hacen, probablemente no deberían estar colgadas.
Dónde colocarlas según el Feng Shui
La orientación también influye. En el sector Este de la casa, las imágenes familiares fortalecen los lazos y refuerzan la energía de las raíces. En el Sur, se recomiendan fotografías que inspiren luz y reconocimiento, mientras que en el Norte funcionan mejor aquellas que simbolizan metas, viajes o proyectos futuros. En despachos o zonas de trabajo, las fotos de lugares inspiradores o personas admiradas ayudan a mantener la motivación.
Una pauta práctica para cualquier vivienda: en la entrada, evita colocar imágenes que miren hacia fuera, pues simbólicamente “envían” la energía. Es mejor que las figuras o personas retratadas miren hacia el interior del hogar, como invitando a entrar.
Marcos, proporción y materiales
El tipo de marco también tiene un papel energético. Los marcos de madera natural proporcionan calidez y estabilidad; los metálicos, claridad y modernidad; los blancos o neutros, ligereza y equilibrio. Lo importante es mantener cierta coherencia, pues combinar demasiados materiales o colores distintos puede generar sensación de caos. En términos de proporción, las fotografías deben mantener relación con la escala del mobiliario. Una imagen demasiado pequeña sobre una cama amplia o un sofá de grandes dimensiones puede perder presencia, mientras que una excesiva dominará el ambiente. También conviene prestar atención a la altura. La línea media del conjunto fotográfico debería situarse aproximadamente a la altura de los ojos, ni demasiado alta ni demasiado baja, para mantener una lectura natural del espacio.
Iluminación y mantenimiento
Toda imagen cobra vida con una iluminación adecuada. Una luz cálida indirecta procedente de apliques o focos orientables, resalta la textura del papel y crea una atmósfera acogedora. Sin embargo, en el dormitorio conviene evitar focos directos sobre la cama para no alterar el descanso. Mantener las fotografías limpias, sin polvo ni huellas, también forma parte del cuidado energético del hogar: lo que se ve descuidado proyecta estancamiento.
Y ese que decorar con fotografías no es, como subrayan desde Dosalcubo, un gesto meramente estético, sino una forma de “construir un relato energético, una narrativa visual que sostiene el equilibrio entre la emoción, la memoria y el presente”. En última instancia, “decorar con fotografías es un acto de autoconocimiento. Es elegir qué memorias, qué emociones y qué paisajes interiores queremos proyectar cada día. Cuando lo hacemos con conciencia, las imágenes dejan de ser decoración para convertirse en fuentes de equilibrio y bienestar”. Porque al final, no se trata solo de lo que muestran nuestras paredes, sino de cómo nos hacen sentir cada vez que las miramos.





